Ahora resulta que I. Aponte, quien hasta la semana pasada fungía como vicepresidenta de Asuntos Académicos en la UPR ha tenido que regresar a ocupar la silla que abandonó--seguro que pensaba que para siempre--hace más de diez años atrás. Pero en la cueva de ladrones (antes administración central) aprendió una lección muy importante: Aquí nadie se va con las manos vacías.
En vez de hacer como haría cualquier profesor/a cuando lo destituyen de un puesto de confianza, volver a la cátedra, al retiro o buscar acomodarse en otro puesto administrativo...donde fuera, Aponte decidió acercarse a otro que sabe muy bien como se reparte el botín y logró convencerlo---seguro que sin mucho trabajo--de que le otorgara una sabática y un ascenso en rango (obviando los procesos que incluyen una reunión de la Junta Administrativa y la presencia de los senadores académicos). Pensar que iba a tener que aprender a vivir con $60,000 míseros dólares y sin todos los privilegios de su puesto anterior, la dejó aturdida y abatida. "Déjame hablar con ese dechado de virtudes que es el rector y ver que podemos cocinar para que yo no tenga que volver alicaída a Arecibo," seguro que pensó.
El rector, por supuesto, no tiene nada que perder en el asunto. Complace a la ex VIP, al hacer las gestiones para sus privilegios a sabiendas de que (a menos que me equivoque y sus conexiones sean más poderosas de lo que parece) la Junta de Gobierno NO le va a dar paso a esta solicitud ya que han paralizado todas las gestiones de Recursos Humanos según una certificación reciente.
IA por su parte luce muy mal. A ella le ha gustado siempre presumir de ser recta y hacer las cosas
by the book. Esta acción es bastante contraria a la imagen que ha querido proyectar. Cuando prácticamente la mudaron de su oficina en el Jardín Botánico, reaccionó indignada por la humillación. Dijo en conferencia de prensa “Me llevo la pena de culminar esta jornada siendo
injusta e innecesariamente maltratada por la institución que tanto
he defendido, en contrario al ambiente de confianza y respeto mutuo
que debe primar la gobernanza de las universidades guiadas por los
estándares de excelencia” (endi.com). Sin embargo, imposibilitada de la oportunidad de colocarse, como hubiese preferido en Rio Piedras o Bayamón, ahora pretende que la UPR en Arecibo, institución que muy bien sabe ella carece de recursos para cubrir los gastos de su facultad, corra con los de su alegada desgracia. En entrevista con Rubén Sánchez algún
twittero la llamó "matrera". Ella dijo que esa palabra no la conocía o no formaba parte de su léxico. Pues, la iluminamos. Según la Real Academia Española (rae.es)
matrero tiene varias acepciones, entre ellas: astuto, resabido, engañoso.
Creo que a la ex-vicepresidenta le convendría hacer como nuestro ex-rector y reintegrarse a la cátedra (aunque nos imaginamos que debe estar bastante mohosa en esos asuntos, pero no hay nada como dos meses de verano para ponerse al día). También puede solicitar, utilizando los procesos de rigor y que ella conoce MUY bien, una licencia sin sueldo o hasta el retiro. Pero este intento solapado de allegarse privilegios que acá no consideramos ni extraordinarios ni merecedores de trato especial, la empequeñecen.