Por primera vez en la historia espacial, un
grupo de científicos en una misión internacional (Rosetta) ha logrado aterrizar
un objeto, la sonda Philae, sobre un cometa (el Churyumov-Gerasimenko
67P—denominado así para honrar a quienes lo descubrieron en 1969). El alegado
propósito de este experimento es recoger información pertinente que contribuya
a descifrar el origen del sistema solar que data de aproximadamente unos 4.5
billones de años.
Dicen que cuando el Philae aterrizó sobre
el cometa, se oyó una especie de estallido que los científicos han llamado “el
canto del satélite.” Los científicos que han estudiado el raro e inesperado fenómeno
piensan que los sonidos que escucharon tienen que ver con la actividad eléctrica
que reside en el cometa—pero no entienden del todo ni cómo ni porqué se
produce. Aparentemente, el cometa suelta unas partículas al espacio que se
cargan de electricidad debido al proceso de ionizacion y esta electricidad
produce un sonido que los científicos identifican como melodioso. El supuesto
canto es demasiado bajo para que lo detecte el oído humano, solo se detecta con
algún súper instrumento de los que usan los astrónomos. La música se oyó por
primera vez en agosto de este año cuando el robot se acercó a unos 100 km del cometa.
Al que le interese, puede escuchar la
grabación, reproducida para consumo humano en esta página. http://blogs.esa.int/rosetta/2014/11/11/the-singing-comet/
A mí me parece—en mi mente informada por
películas y novelas— que “el canto” (que parece el gorgojeo que hacían los
radios de antes cuando prendían o trataban de sintonizarse) puede ser una de
dos cosas: un mensaje o un Tracker. El mensaje diría algo así como “Aléjate
fuerza dañina. No queremos nada que ver
contigo.” Y el Tracker estaría al igual que Rosetta, recogiendo información
sobre el aparatito que apareció de la nada y ya se ancló—aunque precariamente a
su superficie. Y es que si en verdad existe vida en otros planetas, allá
estarán igualmente estudiándonos y buscando formas de protegerse de nosotros.
Según he leído el Rosetta ha estado persiguiendo al Churyumov–Gerasimenko 67P
por unos diez años y el cometa, le ha estado huyendo y con razón. SI yo fuera Alien no querría mezclarme con
los humanos.
Y es que desde que empezó la carrera espacial, los humanos se han encargado de lanzar, dejar o “olvidar” tanto objeto en el espacio que ya es un gran basurero allá arriba—se cree que hay hasta restos de animales muertos por allá. Y aparentemente es costosísimo recoger lo abandonado que no van a hacer mucho por remediar la situación. NASA en 1995 propuso formas de mitigar la basura, pero poco se ha hablado de eliminar o recogerla. Los objetos dejados atrás viajan a una velocidad de 17,000 km por hora. ¿Se imaginan que peligroso? (http://science.howstuffworks.com/space-junk1.htm. No me extrañaría que de suceder algo con el Philae, este quedaría orbitando en el espacio contribuyendo a la basura que ya existe en cantidades demasiado grandes. Aquellos que hayan visto la película Gravity recordarán toda la basura que dejaron las misiones anteriores a la de Sandra Bullock en el área y que pusieron la vida de ella, y la de George Clooney en peligro (los personajes, por supuesto).
Los científicos se protegen de las criticas
diciendo que las naves que van al espacio pueden evitar toparse con basura—así
son de sofisticadas. Y que las que caen a la tierra terminan desintegrándose,
pero aún así…desde mi perspectiva de alienígena, no me gustan esas criaturas de
dos patas-- a pesar de que llegan profesando amor y flores--no hacen sino echar detritus y dañar el área…mejor me mudo.
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