Después de
quejarme por la remodelación de la cocina, tengo que ponerlos al día con lo que
sucede hoy, el día de Acción de Gracias. Pues, digamos que queda por
hacer. O sea, todavía NO tengo cocina
que se pueda usar. Lo bueno es que ya está tomando forma. Lo malo es que no con
la rapidez prometida. Y vamos a eso.
Cuando
hicimos el contrato de remodelación, le preguntamos al vendedor que cuánto
tiempo se iba a tomar y nos dijo que de 6 a 7 semanas para hacer los muebles y
dos en instalarlos. Pues, el contrato se
firmó en agosto y estamos en noviembre. Según su versión de los hechos, los
muebles ya estaban terminados y solo faltaba el tope que había que mandarlo a
buscar en las ventas del infierno. Cuando
les he reclamado por esto a los ebanistas, me miran con pena. Me aseguran que así no son las cosas. Es más,
mucho del trabajo que yo pensé iba a hacerse en algún magnífico taller se ha
hecho en el patio de mi casa o dentro de mi casa. Seguro que los empleados dirán
que soy una ilusa, en el mejor de los casos y una pendeja en el peor. Supongo que soy un poco culpable de ambas
cosas. Ilusa, porque creí que era posible que se hiciera el trabajo en dos
días. Pendeja, porque le creí a un vendedor. Como diría Homero Simpson…
Hace poco
leí que los vendedores son los profesionales con más futuro. Mientras que pocos
querrán ser periodistas por el peligro que representa—claro en los países con
prensa seria e investigativa-- los vendedores estarán vendiéndonos ilusiones
por años y años...
Como es día
de dar gracias, yo también lo haré aunque no doy gracias a ningún ser divino
sino a la vida que me ha hecho una persona muy agraciada y privilegiada. Lo que quiero decir es que a pesar de todo lo
que pudo salir mal, realmente he salido adelante y como diría Batty Roy “I’ve
seen things…." Y sé y me apena
enormemente, que otras personas no hayan tenido mi suerte. Así que a pesar del
descargue contra la industria de gabinetes, sé que todo va a salir bien y que a
la larga “This, too, shall pass.”
Aquí la
lista:
Estoy agradecida de tener un marido
maravilloso que me apoya en mis proyectos—aun cuando tenga reservas. Me siento
orgullosísima de mi hijo y el camino que ha elegido. De tener tres nietos hermosos y buenos—unos
más traviesos que otros pero cariñosos y ocurrentes y que aunque el más pequeño
no me reconozca como parte suya todavía, lo queremos y disfrutamos igual.
Estoy
agradecida por mis padres que aun viven y están mayormente lúcidos y quienes, a su
manera, me enseñaron como se sobrevive.
Mis hermanas, todas diferentes y con sus idiosincrasias—a veces
irritantes, pero supongo que yo también tendré manías exasperantes (touché). Por mi hermano que vive lejos pero se
mantiene en contacto. Por todos y todas mis sobrinas y sobrinos—alguna/os más
allegada/os pero igualmente querida/os. Por toda la familia que he acumulado
gracias a mi colega favorito y quienes llenan un espacio necesario en la
vida. Por los amigos y los parientes,
los de sangre y los postizos, con quienes comparto emociones, expando el
intelecto, y quienes me hacen una mejor persona. Agradezco que todos los mencionados estén en mi vida porque
todos son indispensables.
Amén.
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