Aceptemos
que las uniones tienen que hacer un poco de introspección y que en épocas de
crisis hay que repensar ciertas estrategias que han servido en el pasado. Aceptemos
que algunas uniones o sindicatos han llegado a acuerdos ridículos, hasta
inmorales con los patronos. Aceptemos que hay algunos privilegios de las
uniones que ponen los pelos de punta. Aceptemos que nos incomoda que las
uniones continúen protestando por proteger ciertos acuerdos laborales y condiciones de
trabajo.
Pero cuidado.
No debemos descartar la importancia de las uniones y los
sindicatos en la vida de los trabajadores, de todos los trabajadores hasta de los que
dicen que jamás formarían parte de una unión. En el pasado los trabajadores eran
poco menos que esclavos a la merced de los jefes de empresas que explotaban la
labor de sus empleados para lucrarse. Aún hoy con todas las leyes que existen
para proteger a los obreros no debemos olvidar que lo derechos que nos amparan
hoy se dieron tras luchas de años largos de las uniones que se crearon en el
siglo XIX cuando la revolución industrial ordenaba la vida de los seres humanos
y el capitalismo se alzaba como una potente alternativa económica.
Es
importante educarse sobre las luchas obreras. Sólo entonces entenderemos que sin
las uniones no gozaríamos de muchos de los beneficios con los que contamos hoy
día ni en la empresa privada ni en la gestión pública.
O sea, que las
uniones NO son nuestras enemigas aunque los medios tratan de proyectarlas como los malos
de la película. La crisis por la que atraviesa el gobierno de Puerto Rico NO es
fruto de los logros de las uniones. Ni la UTIER ni la UIA son responsables del desmadre
que hay en esas corporaciones públicas. Los responsables han sido las personas que
se han lucrado y han mal usado los recursos que tenían a su cuidado; o sea, las
administraciones populares y penepés que malversaron los fondos del pueblo, que
contrataron a sus amigos y familiares y los recompensaron generosamente con
contratos y otros subterfugios.
En todo el
afán por recortar gastos, sólo los asalariados han sido perjudicados. ¿Cómo se
ha afectado el presupuesto de la cámara, del Senado, de las oficinas del
gobernador?
No tenemos
que agradecer nuestras condiciones de trabajo a los empresarios, ni a los
gobiernos/políticos que siguen y seguirán lucrándose de los trabajadores.
Nuestras actuales condiciones de trabajo se las debemos a las uniones quienes
ejercieron presión sobre los dueños de las empresas y sobre los políticos para
conseguir muchas de las cosas que hoy tomamos por sentado. Y si desaparecen
las uniones, desaparecen también las garantías de nuestros derechos adquiridos.
Cuando los de las empresas privadas critican a las uniones lo hacen porque no
entienden la historia del movimiento sindical—y que no digo que todo haya sido
color de rosa y que los líderes hayan sido hermanitas de la caridad…pero eso es
asunto para otra columna.
Repasemos.
¿Qué han hecho las uniones por mí? Aquí una corta lista para refrescar la
memoria o simplemente para educar.
1. La
semana de trabajo de cinco días: Hasta finales del siglo XIX, la semana
promedio de la mayoría de los trabajadores era de más 60 horas semanales. No fue hasta que se crearon las uniones y estas protestaron
que surgieron acuerdos para reducir las horas y que se aprobaran leyes para que
los trabajadores tuvieran horas de ocio con las que compartir con sus familias y
descansar.
2. Horario
de no más de 8 horas de trabajo diario. Antes de que las uniones lograran un
acuerdo par establecer 8 horas de trabajo, se trabajaba entre 10 y 16 horas
diarias. En muchos países esto se logra en los años 30 y 40 del siglo XX. En
Chicago tomó unos 20 años de lucha para que se pasara la ley.
Podría
seguir pero sería un ensayo demasiado largo en esta época del déficit de
atención que nos afecta a todos. Así que los enumero y les dejo enlaces para
que si les interesa, lean la historia detrás de estos logros de las UNIONES a
quienes menospreciamos ahora.
Otros
logros de las uniones son:
Derecho a
días por enfermedad
Derecho a
días por maternidad
Derecho a
vacaciones
Derecho a
plan médico
Derecho a
un salario mínimo
Y si esto
no es suficiente, pregúntese ¿que ha hecho su corporación, su jefe por usted últimamente
que no tenga que hacer por ley? O sea, ¿cuándo fue la última vez que su jefe,
por que sí, le dio un aumento de sueldo? o ¿mejoró las condiciones de su plan
médico, o ¿le añadió vacaciones sin restarlo a los que le corresponden por contrato? Apostaría
que ha sido lo contrario y apuesto a que en su empresa no hay unión. ¿De quién es la culpa?
Referencias:
2 comments:
Me gusto mucho este escrito y si me autorizas, lo quisiera pegar en facebook para mis companeros
Por supuesto. Lo único que pido es que incluyas el enlace a mi blog. Gracias por el comentario.
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