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Friday, June 04, 2021

Costumbres a conservar post Covid

 El gobernador acaba de anunciar una nueva orden ejecutiva que liberaliza las anteriores restricciones que por obligación surgieron tras comenzar la pandemia del Covid-19 y cambiara las formas y maneras en las que convivimos. Por supuesto que a algunos les ha fascinado y a otros no tanto. Algunos porque quieren reabrir los negocios y poner a marchar la economía; los que se oponen temen que haya un nuevo brote que cargue los hospitales y aumente el numero de victimas. Yo aun vivo con un poco de temor a contagiarme. Para nada quiero terminar en un hospital; definitivamente sería lo que peor pudiera pasarme a mí, o al colega...y ambos estamos vacunados.

Cuando por fin acabe la pandemia y podamos retomar nuestras vidas hay ciertas costumbres que seguimos ahora para protegernos y proteger a otros que no estaría mal que conserváramos. En primer lugar, está el distanciamiento físico. Con el brote del Covid se recomienda que nos mantengamos alejados por lo menos seis pies de aquellos que no forman parte de nuestro círculo familiar inmediato. A mi me gustaría que por lo menos en los espacios públicos pudiéramos conservar esta costumbre. Nunca me ha gustado que los desconocidos se aglomeren cerca ni detrás de mí. Por ejemplo, hacer filas en las tiendas, bancos y otros espacios siempre ha sido un suplicio porque mucha gente no respeta el espacio ajeno. Se acercan tanto que terminas inundado en sus perfumes y sus pestes. 

Otra cosa que me gustaría conservar, hasta cierto punto, es la mascarilla. Es tan higiénica. Por algo lo usan médicos y otros profesionales de la salud en los hospitales para proteger a los pacientes. Alguien preguntó en Twitter (creo que la primera que lo comentó fue Mariola) que si se habían dado cuenta de todos los catarros que no habían tenido en el 2020 y lo que va del 2021 y me asombré. Le pregunté a mi hijo si los nietos se habían enfermado y ante la negativa, concluimos que bien podrían ser las mascarillas y la falta de contacto con otros niños. Leí, a raíz de aquel comentario que también los casos de pulmonía, e influenza en los adultos se habían reducido considerablemente. Claro que no creo que el uso de la mascarilla tenga larga vida; el colega las odia, aunque es muy respetuoso y las usa y sé de muchos como el que no ven el momento en que se las puedan quitar, pero insisto que su uso debería continuar en algunas situaciones. Por lo menos, nadie debería entrar a un hospital sin una y nadie debe visitar a un enfermo sin antes cubrirse la nariz y la boca. Aunque en EEUU se ha convertido en un issue político, aquí no lo percibo así. Aunque a muchos no les agrada tener la boca tapada, tienden a respetar la ley. Y fueron muchos los que se indignaron cuando empezaron los turistas a desafiar la ley. Aquí añado otra idea que la traigo de Twitter (otra vez), y me pareció magnifica: que los cocineros y los que sirvan comida las utilicen para que así la comida esté libre de la saliva ajena. Yo sé que las usaré en lugares cerrados por algún tiempo más. Me dan un sentido de seguridad valioso. Además de que la gente es tan creativa y ha surgido toda una industria alrededor de ellas. Yo tengo por lo menos diez que puedo combinar con cada outfit. Y también te protegen del ardiente sol tropical, te alivian el estrés de siempre andar maquillada y seguro que ahorita se me ocurre algo más que añadir.

Hay otras costumbres que aunque he notado que han ido cayendo en desuso fueron buenos consejos como, lavarse las manos con frecuencia, caminar en una sola dirección y saludar usando el pulgar, o los codos. En fin, usemos el sentido común. A ver si pasan años sin que nos toque otro virus que trastoque nuestras vidas.

2 comments:

David said...

El factor de un gobierno neoliberal que desmantela instituciones es otro a considerar. No puedo confiar en él.

elf said...

Sí, David. También eso. Que no confiamos en el gobierno. Razones de sobra tenemos.