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Wednesday, January 01, 2014

La lista 2013 de JJ


Saludos en el 2014

Aquí les incluyo la lista del colega JJ, cuya lista del año pasado ha sido de las más leídas en este blog.  Como verán sólo coincidimos en una novela, Simone. La lista del amigo JJ refleja su preferencia por la literatura local y su disciplina al escoger lecturas. Disfruten.


Guaya Guaya, Rafael Acevedo -  Este título enlaza con el nombre de un festival reguetonero que se celebra anualmente en Cabo Rojo, Puerto Rico.  De hecho, el reguetón es uno de sus componentes en la medida en que parodia las letras de ese llamado ritmo urbano. Esta novela sigue una tendencia reciente en la literatura puertorriqueña de retratar realidades sociales del bajo mundo, la corrupción, la sexualidad. Presenta el submundo del crimen asociado a los reguetoneros y al emblema de la mujer en los medios.  En cierto modo me parece una continuación de La guaracha del Macho Camacho de Luis Rafael Sánchez. Aquí ya no es Iris Chacón, sino Maripili.  La novela también es una muestra de la literatura como juego.

Fortaleza, José Borges – Este novelista vuelve a salirse de la dimensión temporal para desplazarse hasta el futuro.  Denuncia esa realidad que comparten los políticos corruptos que llevan al país al desastre. La sociedad puertorriqueña como la conocemos debe desaparecer para que desde sus cenizas renazca un nuevo orden social.  Es una novela política que guarda tangencia con Barataria de López Bauzá.

La cola de la serpiente, Leonardo Padura – Este novelista cubano recurre al tema chino que, por lo exótico y cercano, se ha convertido en material novelable.  Recordemos la novela de Rafa Acevedo Flor de Ciruelo. Esta nueva intervención del detective Mario Conde recoge un sincretismo casi inverosímil: lo chino, lo negro, lo cubano, en una misma “cazuela”.  Novela china por la trama, los personajes, los elementos culturales. Todo es chino, es decir, se explotan todas las frases que de algún modo recogen ideas asociadas a lo chino.  Acevedo también explota este recurso.

Brevísismos para la elegancia, Rayza Vidal – Nuestra teatrera y colega del Departamento de Español en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo publica estos breves relatos que conjugan las más diversas tonalidades.  Resultan juegos de ingenio al modo conceptual, casi cerebrales.  Constantemente reta al lector porque su literatura es juego de significados contextualizados.  Por eso algunas palabras se nos presentan chocantes de primera intención.  A partir del trato al lado positivo de la vida, rezumada de optimismo, subyace un sustrato bíblico-religioso.  Sorprende entonces el uso de la razón como texto y metatexto. Logra una coherencia con el leitmotiv de la elegancia y de los procedimientos para plantear los asuntos con la reiteración de conceptos. Notable también resulta la creación de un discurso en que “explota” las posibilidades comunicativas de la palabra.  Elegante narradora.

¿Cuál es tu duda? (Vol. 3), Luz Nereida Pérez – Es un libro estructurado en términos de preguntas y respuestas. De corte lingüístico, es un texto con buenas aportaciones lexicográficas y lexicológicas.  Sin embargo, contrario a los dos volúmenes anteriores, noto que en algunos casos las preguntas no están contestadas, presentan contradicciones y carecen de ejemplos.  Tal parece que en algunas preguntas contestó a la ligera sin la rigurosidad debida.  Sigue siendo una útil aportación.

El cuadro del padrino Antón, Tina Casanova – Novela juvenil que a partir de la figura de Galileo se monta sobre sucesos fantásticos. La autora ubica la historia en algún lugar de Europa con nombres de personajes en inglés y uso del euro. Presenta las peripecias de un niño de trece años cuyo padrino le regala un cuadro. Dos de los seres del cuadro toman vida y ahí comienzan las aventuras en un contexto de tensión, sorpresas, lo inesperado, lo curioso.  Novela ligera sin mucha profundidad.

Las dos muertes de Catalino Ríos, Wilfredo Mattos Cintrón -  Novela que presenta una crítica al cuidado del Estado hacia los viejos. Se critica duramente la situación de los asilos para ancianos.  Es una novela que, por recurrir a un pasado en la década del treinta del siglo XX, nos recuerda que Puerto Rico es una sociedad de envejecientes.

El grito del silencio: la poesía de Anagilda Garrastegui, Ernesto Álvarez – Excelente contribución a la historia de las letras nacionales.  Un libro muy bien escrito en que el autor, también poeta, desborda no solo su sensibilidad, sino su erudición investigativa.  Le hace justicia y eleva a su justo pedestal a una poeta olvidada.  Álvarez devela no una, sino las dimensiones de una escritora exquisita que domina el arte de la poesía.  Aquí se publica además la segunda edición de un poemario desconocido por las nuevas generaciones.   El autor en su análisis poético no alude a una voz lírica, sino a la poeta Garrastegui en su doble perspectiva de autora y voz.

La ciencia del sonido, Emanuel F. Gutiérrez – Otro ejemplo más de la célebre frase “cada maestrito tiene su librito”.  Este libro de nuestro también colega en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo – y exalumno-  surge de la necesidad por llenar un vacío con el tema del sonido para los cursos del programa de Comunicación Tele Radial. No solo satisface ese cometido, sino que de paso se coloca como texto necesitado para hispanohablantes. Este campo del sonido, su ciencia, su ingeniería, su saber, está ocupado por textos en lengua inglesa.  Abre puertas para que potenciales lectores acudan a esta fuente.  Gutiérrez aclara concepciones y argumentos erróneos.  Es un libro necesario para un sector especializado.  Debió incluir una Introducción y una Bibliografía selecta.

Trina Padilla de Sanz: trabajos prosísticos y selección antológica, Priscilla Rosario Medina – Debemos acercarnos a este libro sin olvidar que constituye una continuación del anterior: Trina. Estudio crítico y poesía selecta de la Hija del Caribe publicado en el 2007.  No sólo seleccionó como objeto de estudio a un ser olvidado, sino asociado al desarrollo cultural de nuestro pueblo. Su labor es tal que ofrece una imagen cabal del objeto de estudio de modo que el lector reconstruya esa imagen con claridad. Asimismo es una respuesta al silencio en que ha quedado la obra de la Hija del Caribe; una reacción al canon que arrincona a voces valiosas de la cultura literaria. Por tanto, Rosario se plantea salvar del olvido no sólo la obra de esta dama, sino la personalidad de una testigo de gran parte de la historia de Arecibo. Logra colocar a Trina Padilla de Sanz en un lugar “visible” de modo que las presentes y futuras generaciones reciban una noción diáfana de una personalidad que contribuyó al desarrollo cultural de este entorno. 

Simone, Eduardo Lalo – Ganador del prestigioso premio de novela Rómulo Gallegos, Lalo entrega una novela – cómo decirlo – que sacude, remenea, nuestras ansias de lectores. Otro autor que aborda el tema chino, esta vez enmarcado en la ciudad como motivo obsesivo, como objeto de desarraigo.  De primera intención no sabemos si estamos ante el escritor o el personaje. Pero la clave es el tratamiento de la palabra que deprime, fastidia, entristece, obseca.  Otro personaje desconocido le envía mensajes en clave – ya caemos en la otra dimensión del mundo novelesco – que forma un leitmotiv paralelo a sus encuentros desencuentros con motivos citadinos escriturales. Irrumpe el escenario chino con Li Chao como centro, el desconocido personaje con quien inicia un tortuoso romance.  Se le complica la vida a este personaje-profesor: un escritor inconforme que llega a enamorarse y la literatura de la que no puede zafarse.  Viejo tema de vida y literatura, pero con la poética de la soledad de por medio.

Barra china, Manolo Núñez Negrón – Verdaderamente un relato chino si nos atenemos a su protagonista y otros personajes. Desarrollado en San Juan, su contexto es el mundo mafioso del narcotráfico, la violencia generalizada.  El narrador nos sumerge en la vida interna y externa de un inmigrante chino.  Se destaca un episodio de la inmigración que desnuda unas realidades poco auscultadas en la reciente literatura urbana puertorriqueña: soledad, explotación, prostitución.  Se presenta un microcosmos con todas las propiedades de un macro.  Destaca por el buen manejo de la lengua.  Se nota la influencia borgiana.

Barataria 2, Juan López Bauzá –  Ganadora del premio novela del Festival de la Palabra 2013 en Puerto Rico.  Tomo dos de la novela que incluí el año pasado. Se nos presenta la lengua como un arma para arremeter contra la insana realidad política puertorriqueña. Chiquitín es el protagonista, veterano de Vietnam, anexionista, racista, xenófobo, con ínfulas de arqueólogo; creyente en la existencia actual de los taínos.  La trama novelesca se define por las aventuras. La búsqueda del alegado guanín en “tierras taínas” provoca una serie de acontecimientos hilarantes que mantienen al lector sin querer despegarse de sus páginas.  No sé de dónde el autor ha sacado tanto recurso para no solo narrar, sino recurrir a símiles, metáforas, sinécdoques y todo tipo de tropo en una novela nada poética. Este segundo libro se ve marcado por un elemento ¿fantástico? referido a un anillo maléfico o milagroso.  Los acontecimientos en torno al mismo le confieren cierta debilidad narrativa.  Sin embargo, vale por el manejo del género.

Sobre mi cadáver, Marta Aponte Alsina – Novela breve que aporta al género policial en nuestra literatura. Aunque no memorable, sí válida por la trama y la caracterización psicológica del protagonista: un psicólogo en etapa de madurez.  Estamos ante una historia en que convergen un suicidio inducido, la investigación por parte de un detective, las miserias recónditas de un pederasta.  Se develan las ruines pasiones de personajes que se nos revelan reales.  En fin, un psicólogo quien en primera persona pone a prueba la psicología.

El crimen del cementerio, José Curet – Es una novela que se propone más que un mero recuento histórico de un crimen. La trama, aparentemente complicada, presenta sus alzas y caídas.  A veces pensamos que leemos un ejercicio de principiante.  Tal parece un “collage” de contenido en que se mezclan lo histórico, lo arqueológico, lo nostálgico, la tercera edad.  Un crimen ocurrido en 1950 sirve para dar riendas a una imaginación que desemboca en el tema del siglo XXI: la vejez.  Por otro lado, los numerosos errores ya tipográficos o no disgusta a cualquier lector. Esperaba más de un escritor que publicó otra novela histórica: Crimen en la calle Tetuán.

El olor de los claveles, Carmen Rivera Izcoa – Identificada en la portada como novela junevil, presenta un episodio de la vida familiar en Comerío durante la época del bombardeo japonés a Pearl Harbor.  El protagosnista, Pedro Luis, se ubica en un presente y da una mirada a un pasado en busca de los orígenes de su actual identidad.  En ese pasado es un joven quinceañero que comparte en familia unas peripecias que conocemos por múltiples voces.  Es la época cuando desplazan a los obreros del tabaco.  La diversidad de sucesos aparece  ante Pedro Luis para explicarnos cómo marcan su vida presente: desempleo, diferencias sociales, educación, emigración, comunicación familiar, política partidista, economía industrial.  A diferencia de textos literarios que han tocado estos temas, esta novela culmina con un “final feliz”.  No contiene la gama de elementos pesimistas, negativos y sin solución que presentan otros textos. Es la otra cara, real, pero, claro, no olvidemos al público al que va dirigido.

Antrópolis, [a partir de 12 años] Janette Becerra – Novela juvenil premiada con el VI premio El Barco de Vapor 2012. Aquí los videojuegos forman parte de una experiencia de la adolescencia. Teo se enfrenta a monstruos internos que aparecen por vía de esos juegos.  La presencia de Sofía, niña-mujer, marca una diferencia y ejerce su influencia (madurez) para que Teo “salga” del mudo fantástico y regrese a la realidad real.  La frase “los monstruos siempre están dentro”  establece una clave interpretativa de la conciencia identitaria unida a la madurez.  Desde el punto de vista pedagógico la novela concluye con un epílogo en que da cuenta de la riqueza de la mitología mundial.

Sínsoras, José Luis Vega – Poemario de la madurez poética de este buen poeta puertorriqueño.  Es en parte otro canto a Puerto Rico desde la palabra manejada en un estadio temporal en que la visión se afina, el habla se puebla de otros lares. Revela al poeta lector de poesía universal que ha asimilado la esencia poética: intertextualidades. Vuelve al antiguo menester de “hacer” poesía: variedad de metros, verso libre, rima. Este poemario lo coloca en un lugar privilegiado en las letras hispanoamericanas.

 Mar a tiempo, Alinaluz Santiago – 33 fragmentos que conforman un solo poema.  Se presenta el mar como objeto, sujeto, símbolo, metáfora, punto de partida de alegorías.  Un sujeto lírico en un tiempo en que han confluido las experiencias amatorias como vistas desde una orilla.  Un juego poético que parece comunicar éxtasis, descubrimientos.  Con este poemario Alina ha llegado a un punto de excelencia lírica.

El libro de las sombras, Ana María Fuster Lavín – Libro de poemas que presenta una transparente unidad temática.  No solo las imágenes poetizan las sombras, sino los silencios de una voz lírica que desnuda sus experiencias eróticas, sus soledades, sus invenciones.  No cabe duda que detrás de estos versos se encuentra una gran poeta, pese a algunas repeticiones obsesivas.

Pepe Gorras o la visita del tío Pipa, [a partir de 9 años] Tina Casanova – Tercera entrega de la serie de aventuras de Pepe Gorras.  Todo gira en torno al recién llegado tío Pipa y la lucha por salvar la escuela del cierre.  Se nota el crecimiento de los niños en cuanto a madurez y conciencia.  Ya no le ponen malos nombres a la maestra.  También presenciamos la solidaridad comunitaria en defensa de su escuela.

Abecé indócil, Luis Rafael Sánchez – Este libro reúne artículos publicado en el periódico El Nuevo Día.  Traza un mapa de la sociedad puertorriqueña al trasluz de la palabra identitaria. El autor fisgona, ausculta, profundiza, examina, indaga, escalpela en la psiquis colectiva, en los haceres cotidianos. La realidad puertorriqueña se concibe/percibe con el lente de la palabra.  No hay realidad sin palabra: transporta, ilumina, despierta, atestigua, explica.  Si no existe, se la inventa; de ahí los numerosos neologismos.

Espacios de la memoria en el Caribe Hispánico insular y sus diásporas, Myrna García Calderón – Libro enmarcado dentro de los estudios culturales.  Representa una valiosa aportación cuyo enfoque es la crítica literaria y cultural que toma como objeto productos culturales de escritores del caribe (Puerto Rico, República Dominicana, Cuba) y sus diásporas ubicadas, tanto en Estados Unidos como en España.  Recurre a instrumentos y metodologías de análisis para otorgar significados que con conceptos tradicionales quedarían en la superficie.  Se nota una profunda y esmerada investigación de base para escudriñar la teoría que sostienen sus planteamientos.  De aquí herramientas de análisis como memoria, geografía cultural, cartografía, mapa cognitivo resulten significativos para captar la riqueza de sus planteamientos.  En fin, es un libro que resultará lectura obligada para quienes se lancen a estudiar la literatura caribeña y la de la diáspora.

Escuelas que enseñan a pensar, Paola Pogré y Graciela Lombardi – Lo adquirí en mi viaje a Puebla.  Valiosísimo libro –dentro de la corriente pedagógica, de la reflexión sobre asuntos educativos.  Desarrolla un enfoque didáctico a partir del Project Zero de la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard, liderado por David Perkins.  El proyecto se conoce como Enseñanza para la Comprensión y su meta es que los estudiantes aprendan a pensar mediante una enseñanza revolucionaria.  ¿Por qué?  Porque presenta una propuesta de cambio en actitudes, metodologías y contenido.  Es un repensar la labor del maestro desde su práctica educativa y sus conocimientos disciplinares. Libros como este nos reafirman la necesidad de replantearnos estos temas cuando reflexionamos sobre reformas.

El grito manso, Paulo Freire – Lo adquirí en mi viaje a Medellín. Presenta las ideas del reconocido educador brasileño en el contexto de una discusión sobre la educación popular en Argentina.  El punto de partida es la placa con que la Universidad Nacional del Comahue le otorga el nombre de Paulo Freire a la Facultad de Ciencias de la Educación. Freire reafirma varios postulados conocidos dentro de la filosofía de la educación.  Sus ideas nos seducen por su pertinencia y actualidad.  Discute conceptos necesarios y obligados en cualquier contexto sobre educación: ética, estética, política.  Subraya una acción que todo educador debe seguir: la reflexión sobre su propia práctica docente.  Cualquier discusión actual sobre prácticas educativas, situación del maestro (malestar), reformas, cambios pedagógicos … deberá considerar este valioso libro.

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