Powered By Blogger

Thursday, May 16, 2024

Después del DBS


Pues, sí, ya me operé. Lo que nadie me dijo, o tal vez lo dijeron y no les hice caso, es que esta es una operación rara. Te sometes a una cirugía de horas para que te introduzcan unos electrodos en la cabeza. A pesar de lo aparentemente complicado de la operación, todo sale bien. Estás optimista. Todo parece chévere. Te vas a tu casa a esperar la segunda instalación, literalmente, y la segunda resulta peor porque es doloroso eso de que te inserten un objeto, en este caso el neurotransmisor, en el pecho. Este objeto es grande, relativamente—unas cinco pulgadas—y se siente extraño tener ese aparato sobre el seno derecho. Y tu cabeza que alguna vez fuera una orbe suave y lisa, ahora parece una vieja pelota de béisbol con fisuras y chichones por todos lados.

 Bueno, pero este escrito lo que busca es darles información a los amigos y familia que me preguntan y quieren saber qué está pasando. ¿¿Y por qué se tardan tanto??, preguntan exasperados. Pues, yo quisiera tener una contestación satisfactoria y no la tengo. Se me ocurre que sí, como dice el colega, tengo que curarme primero. La herida sobre el pecho está en proceso. Hoy me removieron los puntos y ya eso, supongo, que es progreso. Después hay que hacer veinte mil pruebas para comprobar que el aparato esté bien calibrado. Esto según nos informó el cirujano puede tardar varios meses y puede conllevar varias visitas a la oficina del médico. Tal vez pueda  atenderme con un técnico de Medtronic, la compañía que distribuye el aparatito pero no sé si eso sea una opción.

¿Que por qué no se más de lo que puede o no ocurrir? Pues, la verdad, es que nadie realmente sabe. El cirujano me dijo hoy que no todo el mundo reacciona de la misma manera. También me dijo que estaba conectada ya pero no prendida. De prender el neurotransmisor se va a encargar el neurólogo. También me aclaró el médico que no hay una fórmula mágica. Algunos pacientes notan mejoría después de la primera sesión de programación, mientras que otros pueden necesitar varias sesiones. Esto va a requerir paciencia y es posible que tenga que probar varias configuraciones para encontrar la que mejor me funcione. Esto puede significar de tres a seis meses de reajustes. Se supone que me ajusten también los medicamentos para que pueda usar menos y no más. La meta es usar lo menos posible. Pero eso, también es un proceso. Ya veremos.

 Espero que la gente entienda que no me invento nada. Que aguardo con paciencia y con los dedos cruzados que funcione. Que tengo tantas ganas como el que más de que mejore mi condición. Que quisiera poder decirles que ya estoy bien, que no me duele nada y que podré por un tiempito estar libre de los males asociados a esta enfermedad. Sin embargo, eso tampoco lo controlo yo.

 El viernes (mañana) es mi cita con el neurólogo. A esta cita tengo que ir sin tomarme los medicamentos ya que el doctor tiene que poder ajustarme tomando en consideración cómo sean los síntomas cuando no haya nada actuando sobre ellos. Ya les contaré.