Cuando era
joven se solía preguntar si uno recordaba dónde se encontraba y que hacía
cuando murió John F. Kennedy. Yo siempre me quedaba en blanco. Kennedy había
muerto en el 1963 cuando yo estaba, como suelo decir, inconsciente. La niñez
para mi ha sido siempre una imagen borrosa con alguno que otro momento de
claridad. La vida consciente me llegó ayer…o antier. En 1963, yo seguro que ni
sabía quien era Kennedy. Para aquella época vivíamos en Chicago. Mis hermanas mayores seguro sabían quien era y habrían oído la
noticia en la escuela pero no recuerdo que lo comentaran y si lo hicieron, no resonaba para nada conmigo. Mis padres, adultos al fin y quienes
trabajaban a tiempo completo lo comentarían preocupados pero ellos no nos hacían participes de sus conversaciones…eran otros tiempos.
Sin
embargo, si me preguntaran hoy si recuerdo que hacía el día en que ocurrió el
9/11, podría contestar con certeza pues lo recuerdo perfectamente. Ese día nos
levantamos el colega y yo tempranito y fuimos a comprar unas matas a un vivero de plantas que por alguna razón que desconozco, ya no existe. No recuerdo el
nombre pero estaba el nursery en Hatillo por la número 2. El que atendía
escuchaba la radio y nos dijo lo que había ocurrido. Quedamos anonadados y
preocupados ya que mi hijo estaba por Disney y se comentaba que era uno de los
objetivos de los ataques. (Para aquel entonces no eran tan ubicuos los
celulares y no fue hasta tarde en el día que pude comunicarme con el
susodicho.)
Por
suerte, pronto nos enteramos de que los directivos de Disney habían decidido, por la seguridad de
sus invitados y empleados, cerrar el parque por el día. Cuando pude, por fin, hablar con mi
hijo, le hice todas las advertencias de rigor a lo que el seguro contestó—aquí la
memoria me falla--con una mezcla de resignación y exasperación, “Si, mami.”
4 comments:
Cuando lo de Kennedy, estaba en Massachusetts en escuela elemental. La maestra nos informó que lo habían atacado y que estaba en el hospital y nos ordenó poner las cabezas sobre el escritorio y orar en silencio. Yo no sabía ni que pensar con la mente en blanco. Esa noche nos enteramos por las noticias que había muerto. Al igual que tu, yo estaba muy pequeña para entender el significado y las consecuencias del asunto.
Cuando las torres gemelas, mis hijos estaban en la escuela y yo en una cita medica en Río Piedras cuando ví las imágenes en una television que había en la sala de espera. Trataba de descifrar cuál película de acción era la que presentaban porque, me encantan, pero esa no la reconocía. Las "escenas" me parecían tan reales que le pregunté a otro paciente que si sabia cuál era la película. La señora me contestó, "Eso no es una película." En ese momento salió el noticiero local de Puerto Rico y entendí que era real.
Pensé en mi hermana, sus hijos, mi cuñado, primas y primos, y amistades que podrían ser afectadas. Quería saber si estaban vivos y bien. Cancelé la cita medica y salí de allí apresurada a hacer llamadas. Bajando las escaleras llamé a mi hermana que aún no sabía de su esposo. Por suerte, al poco rato supe que todos estaban bien.
Recuerdo que me llamó me padre que vivía en Aguas Buenas y dialogamos sobre las consecuencias del suceso. "Crees que debemos sacar el dinero de nuestras cuentas de banco?" le pregunté. "No te preocupes por nada de eso," me dijo. "Estados Unidos es la nación mas poderosa del mundo. Esa gente que cometieron ese crimen se van a joder. Tenlo por seguro que esto no vuelve a suceder." Se lo dije y lo digo todavía: "No soy tan optimista."
Gracias por compartir tu experiencia, Elba.
Pues para el 911 estaba en Atlanta dando Español 101. Justo después a las 9:00 teníamos un desayuno con el antropólogo Nestor García Canclini. Vimos todo al momento en un televisor de un hotel. El desayuno fue un evento emocional e intelectualmente único como podrás imaginar.
Sí, me imagino. Gracias Aleator por compartir tu experiencia.
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