Siempre me
han fascinado las postales. No sé por qué.
Cuando era una joven con pocos recursos, me fascinaba ir a la tienda de
postales, cuando aun existían esas cosas, a ojearlas y comprar alguna cuando podía. Las postales no sólo le hacen saber al que las recibe que se piensa en él o en ella sino que también facilitan el proceso de compartir los sentimientos. Hay postales en las que la simple imagen
basta. Pero en la mayoría de los casos
se escoge una tarjeta por el mensaje.
Siempre he envidiado a los que las escriben. Una vez conocí a una chica que se dedicaba a
eso, a escribir postales. Me sentía al conocerla como se siente el que conoce a una celebridad. No recuerdo, sin embargo, si
alguna vez pude conocer su trabajo. Nunca más la volví a ver.
Tal vez porque las palabras son importantes para mí, escoger una postal para un ser
querido, o un amigo/a, es bien difícil. Leo muchas antes de optar por una. A
veces me gusta la imagen pero no el contenido.
A veces el contenido es bueno pero no me gusta para nada el diseño. Hubo
un tiempo, cuando tener una impresora era una novedad, que las hacía yo misma. Pero
nunca tuve el talento necesario para
sustituir las profesionales por aquellos frustrados intentos.
Hay postales para todas las ocasiones: jocosas, melodramáticos, tiernas. Una de mis favoritas me la
regaló mi hermana una vez para las madres.
Decía algo así como Siempre supe
que serías una buena madre….pues
siempre te ha gustado mandar. (Algo por el estilo.) Otra vez me regaló una,
que sé que la tengo guardada, pero no la pienso buscar ahora, en la que me
comparaba con Mami, cuando eso no era halagador.
Recuerdo que nos echamos a reír, y mami preguntó de qué nos reíamos.
“Nada, nada” recuerdo que le dije.
El colega,
sospecho que hace igual que yo pero tiene mejor suerte pues siempre encuentra
las más bellas, las que combinan el texto perfectamente con la imagen. Tengo, como las novias adolescentes, todas
las que me ha dado y a veces me siento a releerlas.
Con la
muerte de Papi, a quien le gustaba guardarlo todo, encontramos algunas postales
que le habíamos enviado a lo largo del tiempo. Las mejores eran de mi hermana.
Supongo que ella también pasa largos ratos buscando la ideal; también es más
generosa con las palabras. Mientras leía las postales de Papi, me percaté que
las pocas mías eran secas, displicentes, podría decirse. Los mensajes eran bastante genéricos y parcos
y las firmaba con mi nombre y nada más. Y
es que supongo que al igual que con Mami, tenía sentimientos encontrados con él. Por muchos años pensaba que entre las personas que más amaba en el mundo
estaba él. Aunque reconocía que tenía muchos defectos, no por eso podía dejar
de verlo y alegrarme, de buscar su compañía, de querer su aprobación.
Desafortunadamente,
cuando llegaba el momento de comprar una postal para el día de los padres, me entraba
un desasosiego. ¿Encontraría una postal
que dijera lo que realmente sentía por él? No recuerdo haberla encontrado
nunca. Las postales, en general, no lo
describían ni comunicaban lo que sentía.
Muchas veces le llevaba el regalo sin la postal. Ahora que ya no está,
pienso que fui mezquina. En mi afán por
encontrar las palabras exactas, perdí muchas buenas oportunidades de por lo
menos hacerlo feliz, de hacerlo sentir bien, de mostrarle cuanto lo quería. De
esto estoy convencida porque un año en el que no sabía que regalarle, después
que nos había pedido que no le regaláramos nada, le escribí un poema—malo por
supuesto—cuando terminó de leerlo se sonrió, pero no me dijo nada. Entre sus
cosas encontré el poema. Para mi
sorpresa, al dorso del papel había escrito en su letra distintiva: Gracias,
Elsa.
Supongo que
no se escriben postales para los muertos pero de haberlas la mía tendría que
decir. Papi, que bueno haberte tenido en
mi vida; te extraño todos los días.
3 comments:
Me has hecho lagrimear..
Que bella "postal" de los padres, Elsa, me hiciste llorar. Tu padre parecía un Taíno.
Elsa, it would be strange for a poet to say this to another poet and lover of words, but it is always one's actions that speak. I am sure that your father loves you for all you are and have been. There's no paper that can accommodate that wealth of love.
Post a Comment