Soñé que
mami estaba nuevamente hospitalizada. Cuando la fuimos a cambiar noté que tenía un tatuaje en el pecho y otro en la espalda. Le pregunté que cuando
se había hecho aquello y no me contestó. Traté de dar con el último día en que la había visto, pero no recordaba. Entonces le pregunté a mi hermana y
tampoco me supo decir cómo habían llegado los tatuajes a su cuerpo. Daba la impresión de que mami se había escapado a hacerse los tatuajes mientras
las que la cuidamos no estábamos pendientes. No recuerdo los detalles de los
tatuajes. Sé que eran grandes y llamativos. El de atrás le cubría toda la espalda. Recuerdo que eran de colores. También recuerdo que en el sueño me dije que tenía que tomarles unas fotos. Le
pregunté si le había dolido y me dijo que no. Le pregunté al médico, un joven
vestido con scrubs azules, si él se
los había hecho y tampoco me contestó.
Se me
ocurre una razón para este sueño. He estado
viendo por el área una van que anuncia: Se remueven tatuajes. Me parece
curioso. Concluyo que ya hay un mercado para remover tatuajes. ¿Será que ya no
están de moda o que se eliminan para limpiar el lienzo y comenzar de nuevo? He leído
que un número significativo de personas se hace tatuajes cuando están under the influence. Así que debe haber
un gran número de personas que anda arrepentida de hacérselo o de por lo menos
haber escogido uno que realmente no los representa.
No parece
que haya un tipo de persona que se haga tatuajes. Según lo que he leído, los
hay de todas clases. Sin embargo, tengo tres sobrinas con tatuajes y tengo que
admitir que se parecen entre sí aunque si se les preguntáras lo negarían rotundamente.
Son las rebeldes del bonche. Una tiene o tenía, ya han dejado de ser objetos de
curiosidad para mí, un enorme ojo en la espalda. Otra tiene especies marinas alrededor
de los tobillos. La otra tenía, hace tiempo que no la veo, dibujos bastante rústicos
en los brazos y hombros. Más bien parecían dibujos de algún crío.
Hace años conocí una cineasta que tenía todo el cuerpo tatuado. Me contó que se lo hizo un famoso artista a cambio de que modelara en un Show de tatuajes. Otra persona que conozco se hizo un aguila enorme en la espalda. Cuando le pregunté si no lo podía perjudicar ya que acababa de conseguir un trabajo con una compañía bastante conservadora, me dijo que ellos no tenían por qué enterarse. Recuerdo que mi primo, mucho mayor que yo, llegó del ejército con una rosa tatuada en el brazo y el nombre de quien luego fuera su esposa. Supongo, que ahora que llevan años divorciados, se lo habrá removido. Nunca le he preguntado.
Yo soy de la cultura pre-tatuaje. Todavía me intriga el
impulso que tienen algunos por marcarse la piel, no como adorno, como serían
los de henna, sino para “siempre.” Estoy segura que si me hubiese tatuado a los
20 como lo hizo mi primo, ya andaría arrepentida. No soy ya esa
niña. Ni me identifico con su vida.
También soy de las que huye del dolor y más aún el auto
impuesto. Aunque hay quien lo niega, la mayoría acepta que es un procedimiento
doloroso. Que conste que puedo bien apreciar el arte de los tatuajes. Algunos
son verdaderas obras de arte. Pero sé
que ni me haría uno ni lo recomendaría. A veces pienso que soy aburrida y
demasiado convencional hasta para mi gusto…
Mucha gente tiene miedo de perderse en
el anonimato, quieren que se les vea, no sentirse invisibles... por eso la prevalencia de los selfies,
supongo. Los tatuajes son formas de expresión individual. El tatuaje que antes era exclusivo de los presos y marineros (de los
que anhelaban el contacto humano) es una forma que tiene la gente (los jóvenes y los no tan jóvenes) de
expresarse, de sentirse únicos, de hablar sin palabras. ¿Qué estaría diciéndome mami, la de mi sueño?