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Friday, July 22, 2016

En sueños, todo es posible




Soné que llegué a casa y mami estaba de pie en la cocina junto a la cafetera.  Me dio una alegría tan grande verla así que me eché a llorar. La abracé.  Ella estaba como aturdida.  Noté que cojeaba al intentar caminar y le dije que usara el bastón; ella dijo que el bastón no servía, que la hacía inestable. Le sugerí el andador, pero ella  no parecía dispuesta a usar ningún aparato. Iba a caminar sola como hacía antes de su enfermedad. Quise textearle a los indispensables la buena nueva, pero no lo logré. (Así son los sueños. No siempre van por donde quieres llevarlos.) Desperté pensando en lo maravilloso que sería llegar a verla y que estuviera de pie, en la cocina, junto a la cafetera. No he perdido las esperanzas de que vuelva a caminar.  Ella tampoco. Sigue diciendo que ella camina y que ha ido por el barrio, a casa de la vecina, a otra casa en que la abandonan por las noches, a la parroquia. Cuando le digo que se baje y me muestre, lo intenta y después me dice que es que ahora no lo puede hacer; que a veces puede y otras no. He comprado cuanto aparato se me ocurre (y puedo costear) que pueda estimularle los músculos, que la ayude a ejercitarse, que la apoye en esta lucha por ponerla nuevamente de pie. Cada vez que conozco de algún caso similar al de ella que ambula por el barrio, pienso que mami también puede y que no debemos rendirnos. Lleva seis meses. He leído que la recuperación puede tardar hasta un año.  Estoy convencida de que volver a caminar le devolverá a la realidad, que los desvaríos serán menos y que por fin podrá ubicarse en tiempo y espacio; sabrá donde está. Volverá a encontrarse a sí misma y con su cuerpo que continúa haciéndole trastadas.


Hoy leí sobre una chica japonesa que tiene un robot con el que se pasea como si fuera miembro de su familia (eso dice pero parece más una mascota). Se me ocurre que si uno pudiera, le instalaría un robot a mami que la cargara para donde quisiera. Sería un poco como convertirla en un cyborg, supongo. Instalarle una máquina que le permitiera moverse sola, como Robocop. Pero la tecnología esa sofisticada no está al alcance de la persona promedio y los cyborgs sofisticados solo aparecen en películas. Sí, supongo que Stephen Hawkings es una especie de cyborg ya que depende de máquinas para sobrevivir y comunicarse, pero no es a lo que aspiramos… queremos ser algo así como el hombre/mujer biónicos. O sea, ser máquina pero aparentar ser humanos sanos. El problema con Hawkings (Am I being politically incorrect?) es que su condición, a pesar de sus logros, nos da en la cara, no se esconde. Nos recuerda constantemente que es victima de una enfermedad que, aunque no lo ha postergado, es visible. Para mami, ahora mismo, en lo que llega la tecnología, quisiéramos conseguir algún aparato que la ayude a levantarse y sostenerse de pie lo suficiente para que a su cerebro le llegue el mensaje: Anda; Levántate; Camina. En el entretanto, seguimos batallando con el plan médico que le ha cancelado las terapias (no hay mejoría notable, alegan), con los masajes caseros, los ejercicios y las palabras de aliento.

1 comment:

JAlberdeston said...

Elsa, your words hit the core while not meaning to; they reach out in sharing your most heartfelt notions and fears and hopes.