Saludos en el 2014
Aquí les incluyo la lista del colega JJ, cuya lista del año pasado ha sido de las más leídas en este blog. Como verán sólo coincidimos en una novela, Simone. La lista del amigo JJ refleja su preferencia por la literatura local y su disciplina al escoger lecturas. Disfruten.
Guaya Guaya, Rafael Acevedo -
Este título enlaza con el nombre de un festival reguetonero que se
celebra anualmente en Cabo Rojo, Puerto Rico.
De hecho, el reguetón es uno de sus componentes en la medida en que
parodia las letras de ese llamado ritmo urbano. Esta novela sigue una tendencia
reciente en la literatura puertorriqueña de retratar realidades sociales del
bajo mundo, la corrupción, la sexualidad. Presenta el submundo del crimen
asociado a los reguetoneros y al emblema de la mujer en los medios. En cierto modo me parece una continuación de La guaracha del Macho Camacho de Luis
Rafael Sánchez. Aquí ya no es Iris Chacón, sino Maripili. La novela también es una muestra de la
literatura como juego.
Fortaleza, José Borges – Este novelista vuelve a salirse de
la dimensión temporal para desplazarse hasta el futuro. Denuncia esa realidad que comparten los
políticos corruptos que llevan al país al desastre. La sociedad puertorriqueña
como la conocemos debe desaparecer para que desde sus cenizas renazca un nuevo
orden social. Es una novela política que
guarda tangencia con Barataria de
López Bauzá.
La cola de la serpiente, Leonardo Padura – Este novelista
cubano recurre al tema chino que, por lo exótico y cercano, se ha convertido en
material novelable. Recordemos la novela
de Rafa Acevedo Flor de Ciruelo.
Esta nueva intervención del detective Mario Conde recoge un sincretismo casi
inverosímil: lo chino, lo negro, lo cubano, en una misma “cazuela”. Novela china por la trama, los personajes,
los elementos culturales. Todo es chino, es decir, se explotan todas las frases
que de algún modo recogen ideas asociadas a lo chino. Acevedo también explota este recurso.
Brevísismos para la elegancia, Rayza Vidal – Nuestra teatrera y
colega del Departamento de Español en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo
publica estos breves relatos que conjugan las más diversas tonalidades. Resultan juegos de ingenio al modo
conceptual, casi cerebrales.
Constantemente reta al lector porque su literatura es juego de
significados contextualizados. Por eso
algunas palabras se nos presentan chocantes de primera intención. A partir del trato al lado positivo de la
vida, rezumada de optimismo, subyace un sustrato bíblico-religioso. Sorprende entonces el uso de la razón como
texto y metatexto. Logra una coherencia con el leitmotiv de la elegancia y de
los procedimientos para plantear los asuntos con la reiteración de conceptos.
Notable también resulta la creación de un discurso en que “explota” las
posibilidades comunicativas de la palabra.
Elegante narradora.
¿Cuál es tu duda? (Vol. 3), Luz Nereida Pérez – Es un libro
estructurado en términos de preguntas y respuestas. De corte lingüístico, es un
texto con buenas aportaciones lexicográficas y lexicológicas. Sin embargo, contrario a los dos volúmenes
anteriores, noto que en algunos casos las preguntas no están contestadas,
presentan contradicciones y carecen de ejemplos. Tal parece que en algunas preguntas contestó
a la ligera sin la rigurosidad debida.
Sigue siendo una útil aportación.
El cuadro del padrino Antón, Tina Casanova – Novela juvenil que a
partir de la figura de Galileo se monta sobre sucesos fantásticos. La autora
ubica la historia en algún lugar de Europa con nombres de personajes en inglés
y uso del euro. Presenta las peripecias de un niño de trece años cuyo padrino
le regala un cuadro. Dos de los seres del cuadro toman vida y ahí comienzan las
aventuras en un contexto de tensión, sorpresas, lo inesperado, lo curioso. Novela ligera sin mucha profundidad.
Las dos muertes de Catalino Ríos, Wilfredo Mattos Cintrón - Novela que presenta una crítica al cuidado
del Estado hacia los viejos. Se critica duramente la situación de los asilos
para ancianos. Es una novela que, por
recurrir a un pasado en la década del treinta del siglo XX, nos recuerda que
Puerto Rico es una sociedad de envejecientes.
El grito del silencio: la poesía de Anagilda
Garrastegui, Ernesto
Álvarez – Excelente contribución a la historia de las letras nacionales. Un libro muy bien escrito en que el autor,
también poeta, desborda no solo su sensibilidad, sino su erudición
investigativa. Le hace justicia y eleva
a su justo pedestal a una poeta olvidada.
Álvarez devela no una, sino las dimensiones de una escritora exquisita
que domina el arte de la poesía. Aquí se
publica además la segunda edición de un poemario desconocido por las nuevas
generaciones. El autor en su análisis
poético no alude a una voz lírica, sino a la poeta Garrastegui en su doble
perspectiva de autora y voz.
La ciencia del sonido, Emanuel F. Gutiérrez – Otro ejemplo más de la
célebre frase “cada maestrito tiene su librito”. Este libro de nuestro también colega en la
Universidad de Puerto Rico en Arecibo – y exalumno- surge de la necesidad por llenar un vacío con
el tema del sonido para los cursos del programa de Comunicación Tele Radial. No
solo satisface ese cometido, sino que de paso se coloca como texto necesitado
para hispanohablantes. Este campo del sonido, su ciencia, su ingeniería, su
saber, está ocupado por textos en lengua inglesa. Abre puertas para que potenciales lectores
acudan a esta fuente. Gutiérrez aclara
concepciones y argumentos erróneos. Es
un libro necesario para un sector especializado. Debió incluir una Introducción y una Bibliografía
selecta.
Trina Padilla de Sanz: trabajos prosísticos y
selección antológica,
Priscilla Rosario Medina – Debemos acercarnos a este libro sin olvidar que
constituye una continuación del anterior: Trina.
Estudio crítico y poesía selecta de la Hija del Caribe publicado en el 2007. No sólo seleccionó como objeto de estudio a
un ser olvidado, sino asociado al desarrollo cultural de nuestro pueblo. Su
labor es tal que ofrece una imagen cabal del objeto de estudio de modo que el
lector reconstruya esa imagen con claridad. Asimismo es una respuesta al
silencio en que ha quedado la obra de la Hija del Caribe; una reacción al canon
que arrincona a voces valiosas de la cultura literaria. Por tanto, Rosario se
plantea salvar del olvido no sólo la obra de esta dama, sino la personalidad de
una testigo de gran parte de la historia de Arecibo. Logra colocar a Trina
Padilla de Sanz en un lugar “visible” de modo que las presentes y futuras
generaciones reciban una noción diáfana de una personalidad que contribuyó al desarrollo
cultural de este entorno.
Simone, Eduardo Lalo – Ganador del prestigioso premio de
novela Rómulo Gallegos, Lalo entrega una novela – cómo decirlo – que sacude,
remenea, nuestras ansias de lectores. Otro autor que aborda el tema chino, esta
vez enmarcado en la ciudad como motivo obsesivo, como objeto de
desarraigo. De primera intención no
sabemos si estamos ante el escritor o el personaje. Pero la clave es el
tratamiento de la palabra que deprime, fastidia, entristece, obseca. Otro personaje desconocido le envía mensajes
en clave – ya caemos en la otra dimensión del mundo novelesco – que forma un
leitmotiv paralelo a sus encuentros desencuentros con motivos citadinos
escriturales. Irrumpe el escenario chino con Li Chao como centro, el desconocido
personaje con quien inicia un tortuoso romance.
Se le complica la vida a este personaje-profesor: un escritor inconforme
que llega a enamorarse y la literatura de la que no puede zafarse. Viejo tema de vida y literatura, pero con la
poética de la soledad de por medio.
Barra china, Manolo Núñez Negrón – Verdaderamente un relato
chino si nos atenemos a su protagonista y otros personajes. Desarrollado en San
Juan, su contexto es el mundo mafioso del narcotráfico, la violencia
generalizada. El narrador nos sumerge en
la vida interna y externa de un inmigrante chino. Se destaca un episodio de la inmigración que
desnuda unas realidades poco auscultadas en la reciente literatura urbana
puertorriqueña: soledad, explotación, prostitución. Se presenta un microcosmos con todas las
propiedades de un macro. Destaca por el
buen manejo de la lengua. Se nota la
influencia borgiana.
Barataria 2, Juan López Bauzá – Ganadora del premio novela del Festival de la
Palabra 2013 en Puerto Rico. Tomo dos de
la novela que incluí el año pasado. Se nos presenta la lengua como un arma para
arremeter contra la insana realidad política puertorriqueña. Chiquitín es el
protagonista, veterano de Vietnam, anexionista, racista, xenófobo, con ínfulas
de arqueólogo; creyente en la existencia actual de los taínos. La trama novelesca se define por las
aventuras. La búsqueda del alegado guanín en “tierras taínas” provoca una serie
de acontecimientos hilarantes que mantienen al lector sin querer despegarse de
sus páginas. No sé de dónde el autor ha
sacado tanto recurso para no solo narrar, sino recurrir a símiles, metáforas,
sinécdoques y todo tipo de tropo en una novela nada poética. Este segundo libro
se ve marcado por un elemento ¿fantástico? referido a un anillo maléfico o
milagroso. Los acontecimientos en torno
al mismo le confieren cierta debilidad narrativa. Sin embargo, vale por el manejo del género.
Sobre mi cadáver, Marta Aponte Alsina – Novela breve que aporta al
género policial en nuestra literatura. Aunque no memorable, sí válida por la
trama y la caracterización psicológica del protagonista: un psicólogo en etapa
de madurez. Estamos ante una historia en
que convergen un suicidio inducido, la investigación por parte de un detective,
las miserias recónditas de un pederasta. Se develan las ruines pasiones de personajes
que se nos revelan reales. En fin, un
psicólogo quien en primera persona pone a prueba la psicología.
El crimen del cementerio, José Curet – Es una novela que se
propone más que un mero recuento histórico de un crimen. La trama,
aparentemente complicada, presenta sus alzas y caídas. A veces pensamos que leemos un ejercicio de
principiante. Tal parece un “collage” de
contenido en que se mezclan lo histórico, lo arqueológico, lo nostálgico, la
tercera edad. Un crimen ocurrido en 1950
sirve para dar riendas a una imaginación que desemboca en el tema del siglo
XXI: la vejez. Por otro lado, los
numerosos errores ya tipográficos o no disgusta a cualquier lector. Esperaba
más de un escritor que publicó otra novela histórica: Crimen en la calle Tetuán.
El olor de los claveles, Carmen Rivera Izcoa – Identificada
en la portada como novela junevil, presenta un episodio de la vida familiar en
Comerío durante la época del bombardeo japonés a Pearl Harbor. El protagosnista, Pedro Luis, se ubica en un
presente y da una mirada a un pasado en busca de los orígenes de su actual
identidad. En ese pasado es un joven
quinceañero que comparte en familia unas peripecias que conocemos por múltiples
voces. Es la época cuando desplazan a
los obreros del tabaco. La diversidad de
sucesos aparece ante Pedro Luis para
explicarnos cómo marcan su vida presente: desempleo, diferencias sociales,
educación, emigración, comunicación familiar, política partidista, economía
industrial. A diferencia de textos
literarios que han tocado estos temas, esta novela culmina con un “final
feliz”. No contiene la gama de elementos
pesimistas, negativos y sin solución que presentan otros textos. Es la otra
cara, real, pero, claro, no olvidemos al público al que va dirigido.
Antrópolis, [a partir de 12 años] Janette Becerra – Novela
juvenil premiada con el VI premio El Barco de Vapor 2012. Aquí los videojuegos
forman parte de una experiencia de la adolescencia. Teo se enfrenta a monstruos
internos que aparecen por vía de esos juegos.
La presencia de Sofía, niña-mujer, marca una diferencia y ejerce su
influencia (madurez) para que Teo “salga” del mudo fantástico y regrese a la
realidad real. La frase “los monstruos
siempre están dentro” establece una
clave interpretativa de la conciencia identitaria unida a la madurez. Desde el punto de vista pedagógico la novela
concluye con un epílogo en que da cuenta de la riqueza de la mitología mundial.
Sínsoras, José Luis Vega – Poemario de la madurez poética
de este buen poeta puertorriqueño. Es en
parte otro canto a Puerto Rico desde la palabra manejada en un estadio temporal
en que la visión se afina, el habla se puebla de otros lares. Revela al poeta
lector de poesía universal que ha asimilado la esencia poética:
intertextualidades. Vuelve al antiguo menester de “hacer” poesía: variedad de
metros, verso libre, rima. Este poemario lo coloca en un lugar privilegiado en
las letras hispanoamericanas.
Mar a tiempo, Alinaluz Santiago – 33 fragmentos que conforman
un solo poema. Se presenta el mar como
objeto, sujeto, símbolo, metáfora, punto de partida de alegorías. Un sujeto lírico en un tiempo en que han
confluido las experiencias amatorias como vistas desde una orilla. Un juego poético que parece comunicar
éxtasis, descubrimientos. Con este
poemario Alina ha llegado a un punto de excelencia lírica.
El libro de las sombras, Ana María Fuster Lavín – Libro de
poemas que presenta una transparente unidad temática. No solo las imágenes poetizan las sombras,
sino los silencios de una voz lírica que desnuda sus experiencias eróticas, sus
soledades, sus invenciones. No cabe duda
que detrás de estos versos se encuentra una gran poeta, pese a algunas
repeticiones obsesivas.
Pepe Gorras o la visita del tío Pipa, [a partir de 9 años] Tina Casanova –
Tercera entrega de la serie de aventuras de Pepe Gorras. Todo gira en torno al recién llegado tío Pipa
y la lucha por salvar la escuela del cierre.
Se nota el crecimiento de los niños en cuanto a madurez y conciencia. Ya no le ponen malos nombres a la
maestra. También presenciamos la
solidaridad comunitaria en defensa de su escuela.
Abecé indócil, Luis Rafael Sánchez – Este libro reúne artículos
publicado en el periódico El Nuevo Día. Traza un mapa de la sociedad puertorriqueña
al trasluz de la palabra identitaria. El autor fisgona, ausculta, profundiza,
examina, indaga, escalpela en la psiquis colectiva, en los haceres cotidianos.
La realidad puertorriqueña se concibe/percibe con el lente de la palabra. No hay realidad sin palabra: transporta,
ilumina, despierta, atestigua, explica.
Si no existe, se la inventa; de ahí los numerosos neologismos.
Espacios de la memoria en el Caribe Hispánico
insular y sus diásporas,
Myrna García Calderón – Libro enmarcado dentro de los estudios culturales. Representa una valiosa aportación cuyo
enfoque es la crítica literaria y cultural que toma como objeto productos
culturales de escritores del caribe (Puerto Rico, República Dominicana, Cuba) y
sus diásporas ubicadas, tanto en Estados Unidos como en España. Recurre a instrumentos y metodologías de
análisis para otorgar significados que con conceptos tradicionales quedarían en
la superficie. Se nota una profunda y
esmerada investigación de base para escudriñar la teoría que sostienen sus
planteamientos. De aquí herramientas de
análisis como memoria, geografía cultural, cartografía, mapa cognitivo resulten
significativos para captar la riqueza de sus planteamientos. En fin, es un libro que resultará lectura
obligada para quienes se lancen a estudiar la literatura caribeña y la de la
diáspora.
Escuelas que enseñan a pensar, Paola Pogré y Graciela Lombardi – Lo
adquirí en mi viaje a Puebla.
Valiosísimo libro –dentro de la corriente pedagógica, de la reflexión
sobre asuntos educativos. Desarrolla un
enfoque didáctico a partir del Project
Zero de la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard, liderado por
David Perkins. El proyecto se conoce
como Enseñanza para la Comprensión y
su meta es que los estudiantes aprendan a pensar mediante una enseñanza
revolucionaria. ¿Por qué? Porque presenta una propuesta de cambio en
actitudes, metodologías y contenido. Es
un repensar la labor del maestro desde su práctica educativa y sus
conocimientos disciplinares. Libros como este nos reafirman la necesidad de
replantearnos estos temas cuando reflexionamos sobre reformas.
El grito manso, Paulo Freire – Lo adquirí en mi viaje a Medellín.
Presenta las ideas del reconocido educador brasileño en el contexto de una
discusión sobre la educación popular en Argentina. El punto de partida es la placa con que la
Universidad Nacional del Comahue le otorga el nombre de Paulo Freire a la
Facultad de Ciencias de la Educación. Freire reafirma varios postulados
conocidos dentro de la filosofía de la educación. Sus ideas nos seducen por su pertinencia y
actualidad. Discute conceptos necesarios
y obligados en cualquier contexto sobre educación: ética, estética,
política. Subraya una acción que todo
educador debe seguir: la reflexión sobre su propia práctica docente. Cualquier discusión actual sobre prácticas
educativas, situación del maestro (malestar), reformas, cambios pedagógicos …
deberá considerar este valioso libro.