Esta mañana recibí un alerta en mi teléfono. Me anunciaba
que Papi cumplía años. De estar vivo hubiese cumplido 89 años. No lo he
olvidado. Pienso a menudo en el. Todavía
invade mis sueños. Todavía su ausencia me conmueve y entristece. Sin embargo, a
medida que pasa el tiempo lo pienso menos. Me recuerda una escena en la película The Natural con Robert Redford. Esta es
una película de los 80 sobre un jugador de béisbol madurito que logra una
carrera milagrosa. En la escena que por
alguna razón mejor recuerdo, la chica de la película (Glen
Close) al re-encontrarse con Redford, quien la había abandonado años atrás, le confiesa que por mucho tiempo lo buscaba entre la gente, siempre con la ilusión de volverlo a ver hasta que un día, sin
pensarlo, dejó de buscarlo. El tiempo cura toda herida, parece decir. Y así me
parece que ocurre el olvido, sin pensarlo, sin quererlo, sin que uno se lo proponga.
Me he preguntado alguna vez que ocurriría en la vida de los
demás, los que de alguna forma cuentan conmigo, si me muriera. Si me dejo
llevar por papi, diría que no mucho cambiaría. Y es que aunque uno recuerde al
ser querido y a veces hasta olvide que ya no está, la vida para los demás continúa
mas o menos igual…
Realmente los vivos, a pesar de lo que vemos en la TV y lo
que digan las canciones cursi, no dejamos de ser cuando desaparece alguien de
nuestras vidas… Por lo menos así es para los meros mortales. Supongo que a Kobe
Bryant y a los demás famosos lo recordarán sus fans y sus compañeros por años,
pero ese vacío que deja KB solo lo va a sentir realmente su esposa y tal vez,
los hijos por algún tiempo por lo menos. Después quedarán, como decía Joseph
Roach en Cities of the Dead, incrustados en las cosas que tocaron, en lo que
hicieron que provocó que la vida cambiara para otros, aunque no queden en
nuestro recuerdo, aunque su ausencia no conlleve cambios significativos aunque
sí imperceptibles.
En el caso de papi, quedará en lo que aprendimos de el, en
las fotos, en las pocas cosas tangibles que conservemos de el, en las
conversaciones en el que su nombre surja.
*El titulo de esta entrada la tomé del libro de Hector Abad Faciolince en homenaje a su padre.
https://circuloleoarecibo.blogspot.com/2016/02/en-elolvido-que-seremos-hector-abad.html
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5 comments:
¿Cuándo se mueren los muertos?, cuando uno los olvida. ¿Cuándo desaparece una Ciudad? Cuando no existe más en la memoria de los que la habitaron.¿Cuándo se deja de amar? Cuando se comienza a amar nuevamente. De eso no hay duda.
Primer párrafo del capítulo uno del libro LA LEY DEL AMOR de Laura Esquivel. Es una cita que nunca he olvidado desde que ley la citada obra hace más muchísimaos años, siendo recién publicada la obra. Sepa usted Elsa Luciano Feal que su paso por las vidas que ha tocado no es liviano y que el fruto de la pasión, entrega y compromiso que invirtió en cambiar las vidas que ayudó a cincelar se verá continuado en vidas que usted jamás soñó en tocar. DE ESO NO HAY DUDA!!!
Mariel, qué bueno saber que todavía visitas este blog. El colega y yo nos hemos preguntado qué sería de tu vida. Escríbeme al email para ponernos al día.
Speechless.
Eso de que tu hables de morirte como que no me gusta. Pero, ya que traes el tema, pienso en todas las vidas que has iluminado, incluyéndome, y me imagino cuánto te recordaremos.
Lo que tu describes es solo una artimaña del alma que nos cuida un poquito para darnos un respiro de la pérdida. Eso no es olvido. Nunca estamos las 24 horas pensando en una persona que amamos, vivo o muerto. Pero aun cuando no tenemos conciencia de haber pensado en esa persona, aun cuando nos acostumbramos a vivir sin él o ella, su presencia ausente vive en nuestra alma. Ahí habita. Ahí están todas las vivencias guardadas, y las podemos accesar en cualquier momento. Yo no te olvidaré nunca, amiga.
Querida Elba, pensaba en cómo dejamos de pensar en los que no están. Tal vez, olvidar no sea la mejor palabra. Creo que lo describes bien al decir "vivencias guardadas. " Gracias por comentar. Tengo unas experiencias de vida hermosas que solo fueron posibles porque te conocí. Tampoco te olvido aunque no podamos compartir como antes.
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