Soné que
llegué a casa y mami estaba de pie en la cocina junto a la cafetera. Me dio una alegría tan grande verla así que
me eché a llorar. La abracé. Ella estaba
como aturdida. Noté que cojeaba al
intentar caminar y le dije que usara el bastón; ella dijo que el bastón no
servía, que la hacía inestable. Le sugerí el andador, pero ella no parecía dispuesta a usar ningún aparato.
Iba a caminar sola como hacía antes de su enfermedad. Quise textearle a los
indispensables la buena nueva, pero no lo logré. (Así son los sueños. No
siempre van por donde quieres llevarlos.) Desperté pensando en lo maravilloso
que sería llegar a verla y que estuviera de pie, en la cocina, junto a la
cafetera. No he perdido las esperanzas de que vuelva a caminar. Ella tampoco. Sigue diciendo que ella camina
y que ha ido por el barrio, a casa de la vecina, a otra casa en que la
abandonan por las noches, a la parroquia. Cuando le digo que se baje y me
muestre, lo intenta y después me dice que es que ahora no lo puede hacer; que a
veces puede y otras no. He comprado cuanto aparato se me ocurre (y puedo
costear) que pueda estimularle los músculos, que la ayude a ejercitarse, que la
apoye en esta lucha por ponerla nuevamente de pie. Cada vez que conozco de
algún caso similar al de ella que ambula por el barrio, pienso que mami también
puede y que no debemos rendirnos. Lleva seis meses. He leído que la
recuperación puede tardar hasta un año.
Estoy convencida de que volver a caminar le devolverá a la realidad, que
los desvaríos serán menos y que por fin podrá ubicarse en tiempo y espacio; sabrá
donde está. Volverá a encontrarse a sí misma y con su cuerpo que continúa
haciéndole trastadas.
Hoy leí
sobre una chica japonesa que tiene un robot con el que se pasea como si fuera
miembro de su familia (eso dice pero parece más una mascota). Se me ocurre que si
uno pudiera, le instalaría un robot a mami que la cargara para donde quisiera.
Sería un poco como convertirla en un cyborg, supongo. Instalarle una máquina
que le permitiera moverse sola, como Robocop. Pero la tecnología esa
sofisticada no está al alcance de la persona promedio y los cyborgs
sofisticados solo aparecen en películas. Sí, supongo que Stephen Hawkings es
una especie de cyborg ya que depende de máquinas para sobrevivir y comunicarse,
pero no es a lo que aspiramos… queremos ser algo así como el hombre/mujer
biónicos. O sea, ser máquina pero aparentar ser humanos sanos. El problema con
Hawkings (Am I being politically incorrect?) es que su condición, a pesar de sus
logros, nos da en la cara, no se esconde. Nos recuerda constantemente que es
victima de una enfermedad que, aunque no lo ha postergado, es visible. Para
mami, ahora mismo, en lo que llega la tecnología, quisiéramos conseguir algún
aparato que la ayude a levantarse y sostenerse de pie lo suficiente para que a
su cerebro le llegue el mensaje: Anda; Levántate; Camina. En el entretanto, seguimos batallando
con el plan médico que le ha cancelado las terapias (no hay mejoría notable,
alegan), con los masajes caseros, los ejercicios y las palabras de aliento.