Los manifestantes convocados para la marcha del 1 de mayo de
2017, comenzaron a llegar a los cinco puntos de encuentro desde las 3:30 de la
madrugada. Ya desde antes de las 10 a.m.
comenzaron los grupos a desplazarse hacia la Milla de Oro. Entre las 12:30 y 1:00
p.m. podía verse una marcha multitudinaria de diversos grupos de la sociedad
civil, religiosa, universitaria, sindicatos y unionados. Las fotos y videos
que se ha compartido en los noticiarios y las redes sociales muestran miles de
personas marchando. Todo en relativa calma, pero el gobernador se enfocó en los
15 minutos de caos en los que unos jóvenes (NO hay evidencia hasta ahora que hayan sido estudiantes) atacaron al edificio del Banco
Popular. En su conferencia de prensa, el
Comandante en jefe de la policía (así se autodenominó) hizo caso omiso de los
miles de manifestantes y como la prensa misma, se enfocó en los 15 minutos en
los que se arremetió contra, no personas, sino un símbolo de la crisis por la
que atraviesa el país.
Es verdad que no hay peor ciego que el que no quiere
ver. Es más el gobernador preocupado por sus amigos banqueros, se comprometió
a limpiar y borrar la imagen negativa que se puedan llevar la “gente” de lo que
ocurrió en esa área. Va, su gobierno, a reconstruir "mañana mismo" lo que otros decidieron
destruir,“Lacerando a nuestra sociedad” dijo. Eddie Munster, además asegura a los
de la prensa que no habrá impunidad.
If a tree
falls in the forest and no one is around to hear it, does it make a sound?
Parecería que el árbol (la marcha) cayó en el bosque (La Milla de Oro) pero el gobernador andaba por La la land y no lo escuchó, así que no ocurrió. Dijo el gobernador que la marcha había
sido un fracaso, que no había logrado su cometido. Recalcó que no tenía nada que comentar sobre la marcha porque ya el había hablado
con los distintos grupos que se manifestaban ("Le dimos espacio para diálogo") y
la cosa no había como salvarla.
Se concentró en asegurar que no habría impunidad y que los “maleantes”
serían arrestados.
Igualmente la prensa televisiva que buscaba algo para mantener al televidente enchufaó, se enfocó en esos quince minutos, repitiendo las imágenes una y otra vez. La prensa escrita (online) por su parte decía a las 4.pm.“Destrozos y violencia” El Nuevo Día. “Culmina con encontronazos
el paro,” El Vocero. Como dijo Díaz
Olivo por televisión por lo menos el incidente entre la policía y los
manifestantes rompió con el aburrimiento en que se había vuelto la transmisión.
Parece que a el no lo conmovió ver a los
grupos unirse y protestar. Era como si esperase o anhelase que hubiera
problemas. La prensa jamás--digo, hasta las 5 que apagué el TV-- pasó NADA sobre los actos artísticos de los que hubo muchos. Nada sobre los discursos
ni de lo que ocurrió en la tarima, excepto lo que no pudo cumplirse, porque la
policía los obligó a desmantelar y terminar con el acto.
Aunque los que no quieran oír, se seguirán tapando
los oídos, las protestas deben seguir. La
protesta y la disidencia no son actos criminales. El gobierno en una
democracia es el reponsable de garantizar la paz y proteger los derechos de los
ciudadanos, especialmente los afectados por las leyes que promueven. NO
puede concentrarse en castigar a los que protestan y desestabilizar a las
organizaciones que reclaman. La violencia contra el banco es solo
una muestra del descontento de la población. No todo el mundo reacciona
al dolor de la misma manera. No se puede criminalizar la protesta con la
excusa de dos viejos que tuvieron que cargar sus motetes porque no tenían
transporte, (Por favor. En otras partes
del mundo no tienen paquetes que cargar) o por el ataque a un símbolo.