Libros 2012 - JJR
Puesto que elf me lo solicita, tal como en 2011,
aquí va una lista hasta lo que recuerde porque leo casi sin registrar por
escrito a menos que sea de índole académico.
La clasifico para mejor entendimiento.
I. Literatura
infantil y juvenil puertorriqueña (LIJP)– Durante los últimos años me he aficionado
por la LIJP sobre la que investigo su trayectoria histórica. No detallaré la
lista completa porque la mayoría de los libros contemporáneos presentan textos
breves y los otros son ediciones únicas desde principios del siglo XX hasta la
década de 1940 aproximadamente. A modo
de muestra mencionaré los de este año:
Pepe
Gorras o el lío de Claudia y el Pelotas – escrito por Tina Casanova, es la
secuela de su anterior Pepe Gorras o la
extraña historia de un perro sin cabeza. Es una divertida historia para
preadolescentes que ocurre en el contexto de la escuela y la familia. La autora maneja muy bien las experiencias
estudiantiles para crear ficción en torno a ellas.
En
la cabaña del tiempo escondido – de Magali García Ramis. Esta narración es
un ejemplo de una tendencia que se sigue manteniendo en la LIJP que es
incorporar mundos fantásticos. Dentro de
la ficción general, los personajes entran a otra dimensión del tiempo.
Las
aventuras de Juan Cecilio en la ciudad perdida, de Samuel Silva Gotay. La narración se ubica en Camboya y su
protagonista es un niño puertorriqueño.
El autor se vale de la técnica del manuscrito de unas Memorias, en este
caso de su abuelo Juan Cecilio. Como indica el título, es un texto que enlaza
aventura con aventura.
Nicolás,
la abuela Margot y el hechicero, de Vanessa Seijo - Este libro sigue esa tendencia de lo
fantástico, en este caso un hechicero llega al pueblo y altera el clima. La
abuela Margot es aprendiz de hechicera y le da vida a los libros que lee.
Dale
la vuelta, de C.J. García – Un profesor se ha inventado un aparato para que
quien lo use haga realidad sus imaginaciones.
De entre la pequeña muestra que presento es el que más invita al lector
a pensar.
II. No debería incluir la relectura de los libros relacionados con los cursos,
pero también incluyo una muestra por su valor literario e histórico.
Garduña
(1896) de Manuel Zeno Gandía. Es la primera vez que asigno esta novela en el
curso de Literatura Puertorriqueña para salir un poco de La charca. Todo amante de la
lectura de novelas debería leerla porque ejemplifica la maestría de Zeno en
este arte narrativo. Muy bien
estructurada y con una prosa no superada por Enrique Laguerre.
Tierra
adentro (1911) y La gleba (1912)
de Ramón Juliá Marín - Son novelas que
asigné a propósito del centenario de ambas.
Dan cuenta de ese momento crítico luego de la invasión norteamericana a
Puerto Rico cuando reinaban las partidas sediciosas y la emigración a Hawaii.
Resulta sorprendente que en la segunda novela se trate el tema político partidista
con una similitud asombrosa al Puerto Rico de un siglo después.
III. Los
otros libros – luego de dedicarle tiempo a la LIJP y a los cursos, el que
me sobró se lo dediqué a los siguientes:
La
muerte de mamá de Iván Silén – muy difícil adentrarse en los mundos de este
autor que continuamente reta al lector con tramas surrealistas, estrambóticas,
sacadas de una imaginación ilimitada. No cabe duda que Silén domina su oficio,
sin embargo el tema de esta novela podría herir las susceptibilidades de más de
uno. Ni para qué cuento.
Mercedes
de Jaime Marzán Ramos – De tendencia histórica, narra la vida de a quien se le
considera la primera mujer independentista puertorriqueña: María de las
Mercedes Barbudo. La trama se adentra en
el mundo sanjuanero de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
El
vuelo del Dragón de Manuel Martínez Maldonado - Otra novela de corte histórico y hasta que yo
sepa es la primera que toca directamente la relación entre la guerra civil
española y el Puerto Rico de la época.
Interesantísima por demás porque está narrada de modo que mantiene la
atención constante del lector. El
escritor aclara que recurrió a numerosas investigaciones para escribir la
novela.
Flor
de Ciruelo y el viento de Rafael Acevedo – Subtitulada novela china tropical, aparecen las voces principales de quien
encuentra y edita la novela y la de una tercera persona narrativa. El primer
narrador ofrece los antecedentes del encuentro del manuscrito de la novela y su
relación con Cecilia, hija del supuesto autor.
El texto toma la forma de un trabajo de investigación exhaustiva a cargo
de un historiador. Atraviesa toda la
narración un humorismo tenue basado fundamentalmente en aspectos
lingüísticos. También está lleno de
intertextualidades de todo tipo. Resalta
el manejo de datos apócrifos con lo que la llamaría una
poeticidad de lo apócrifo. Acevedo
utiliza el lado lúdico de la literatura y lo incorpora a su plan novelesco de
recurrir a motivos chinos en la cultura caribeña.
Barataria
de Juan López Bauzá – Toma su título de Don Quijote de la Mancha. López intenta
establecer un paralelismo con la novela de Cervantes y crea un antihéroe
puertorriqueño, estadista “demente” para más señas (o demente por estadista).
Sobresale el manejo de la prosa narrativa con lo que demuestra un amplio
dominio de la lengua para acercarse más al modo del escritor español. Incluso,
la extensión de la novela (433 páginas), el hecho de que se identifique como
Libro I y el que la historia quede inconclusa, obviamente anuncian un Libro
II. Si en la novela de Cervantes, Alonso
contó con Sancho, en esta Chiquitín cuenta con Margaro. La metáfora del título ofrece una idea del
Puerto Rico contemporáneo que encontrará el lector.
El
caballero de la flauta de Mayra Montero – A propósito de una investigación
sobre la novela El capitán de los
dormidos para escribir un artículo, encontré una nota de Montero que daba
cuenta de una novela inédita sobre el libertador venezolano Francisco de
Mendoza. Por tanto, a pesar de que este
texto se publicó en el 2012, el momento de escritura se remonta a muchos años
atrás, aunque cabe la posibilidad de una reescritura. Es una narración en que
coincide no solo la investigación histórica, sino la lingüística. He leído todas las novelas de Montero y me
parece que el manejo léxico de esta – en cuanto a su riqueza – supera un buen
manojo de las demás.